Un descenso espectacular sobre París, o un impresionante vuelo en picado sobre el Mont Blanc. Estas imágenes no las tomó un avión no tripulado o dron, sino un águila marina equipada con una cámara en su espalda. El ave de presa fue entrenada por el halconero suizo Jacques-Olivier Travers, que trabaja en un refugio para aves heridas cerca de Ginebra.